Bafici 2007: Otro año de película(s)
Javier Luzi

 

 

Apuntes Generales

Entre el 3 y el 15 de abril se desarrolló en Buenos Aires la 9º edición del Bafici. Ya un clásico de la ciudad que, a pesar de su fuerza simbólica y real, debió lidiar en esta ocasión con un intrincado panorama que mezcló -dimes y diretes mediante y aclaraciones que nada aclararon- política, elecciones y arte en una agitada poción que devino en cruces del Incaa y de las autoridades del festival sobre un apoyo imprescindible que se retrasó más de la cuenta y generó suspicacias atendibles.

Colma, el musical

Aun así el Bafici vio incrementado su caudal de público sobrepasando las 260.000 personas que asistieron a la proyección de casi 500 filmes entre largos, medios y cortometrajes. Números que impactan y agobian y en definitiva hablan de una avidez por degustar otros platos de la cocina mundial cinematográfica que los espectadores deben abandonar el resto del año. Lo que nos vuelve a la necesaria reflexión sobre qué se puede hacer para extender el clima festivalero en las pantallas comerciales. Una cuestión a la que parece no encontrársele salida. Esta vez siete fueron las sedes: el Abasto, la Lugones, el Rojas, la Alianza Francesa, el Malba, el Atlas Santa Fe y el General Paz. Se abrió el Harrods como Meeting Point musical que cumplió con creces las expectativas.

Se creó Inter Cine, un espacio internacional de negocios, que permitió un lugar de encuentro de productores y cineastas. También funcionó la 4 edición del BAL para apoyar el desarrollo y la producción de cine independiente en Latinoamérica y una sala del Abasto se acondicionó para proyectar en calidad HD. La figura fue Tom Waits que, con una master class en el Alvear, dejó delirando a sus fans hablando de música y cine y tocando apenitas alguna que otra canción. Pero el evento, sin lugar a dudas, fue la proyección en el Teatro Coliseo de Brand Upon The Brain!, el film mudo de Guy Maddin que revisita sus obsesiones (la infancia, los padres, la creación, el arte) y que se montó como una performance con un grupo de sonidistas en escena, orquesta, un castratti, un coro y el relato en vivo de Geraldine Chaplin.  

Brand Upon The Brain!Casi sin caídas de último momento de alguna película o de retrasos, el problema mayor sigue siendo la acumulación de títulos que vuelve al festival imposible de abarcar humanamente. Lo reprochable son esos interminables minutos que se pierden entre sponsors y publicidades al comienzo de las proyecciones, por no mencionar los increíbles cortos que a caballo del slogan 'si no es para vos, no es para vos' se dejaron ganar sólo por el ingenio generando un aire a reivindicación de la exclusión por demás incomprensible. Párrafo aparte para la gente de prensa, los de Videoteca y especialmente para el grupo de chicas y chicos que atendían con su habitual buena predisposición el reparto de entradas (que nunca faltaron) para los críticos y periodistas. Ya una buena costumbre. También Sin Aliento, el diario del festival, sigue buscando su mejor forma y se anima a los cambios.

Las Competencias

Además de la Internacional y la Argentina, este año se agregó en competencia una sección llamada Cine del Futuro.  Sobre la Competencia Internacional es de remarcar su nivel. 19 películas entre las que se destacaron How is your fish today?, un relato con referencias al policial negro donde un escritor de guiones va haciéndolo a medida que va siendo; Old Joy, reencuentro entre dos amigos que la vida ha dejado en puntos equidistantes; L'annèe suivante, sobre una adolescente durante el transcurso de un año que la marcará indefectiblemente; Reprise y Bucarest 12:08 (que ya ha llegado a las carteleras porteñas y se convirtió en la elegida por el público del Bafici), no exactamente las premiadas (la premiación en general de este año ha provocado grandes asombros y tibia recepción).

How is your fish today?La Competencia Argentina volvió a demostrar los problemas por los que atraviesa nuestra cinematografía, haciendo de la vacuidad un lema (la premiadísima Upa!), de la falta una virtud que jamás llega a ser (Cabeza de chancho), o de una idea para un corto interesante en un largo al que le sobra metraje (La león), destacándose la olvidada por los premios Pulqui, un instante en la patria de la felicidad, acercamiento al cruce entre política y arte con un dejo de inocencia, sinceridad y puro sentimiento que hace que ese proyecto de un avión nacional en el apogeo del peronismo se encarne en algo más que una idea y levante vuelo aun en estos tiempos extraños, y, fuera de competencia, M (reciente ganador en Mar del Plata),el potente y pensado documental de Nicolás Prividera en búsqueda de su madre desaparecida por la última dictadura. Dentro de los preestrenos el panorama no resulta mucho más alentador, salvo por El Otro y La antena, ambas ya estrenadas comercialmente, y ni que decir de las representantes en la sección internacional donde el ingenio supuestamente políticamente incorrecto (Estrellas) o la vuelta de tuerca con tintes progresistas (El asaltante) resienten en mayor o menor grado cualquier logro.

Old JoyDentro de Cine del Futuro podemos destacar Afternoon, una versión libre de La Gaviota de Chejov, que recrea los climas del ruso en un hoy donde la incomunicación es moneda corriente, desencorsetando el texto y dando cuenta de las pérdidas y del dolor de afrontarlas o no, Colma: the musical, unos jóvenes que viven mientras cantan y cantan lo que viven, Lo que sé de Lola, la opera prima de Javier Rebollo con la actuación de Lola Dueñas, en una película donde lo francés y lo español se conjugan para dar cuenta de la soledad en la vida moderna y Wild Tigers I Have Known.

Algo para recordar  

Reprise: Jóvenes noruegos, amigos y escritores, en busca de la concreción de los sueños. Construida en una especie de paralelo que no es tal: aquel que consigue cumplir con sus sueños de escritor y se 'pierde' en ello y el que continúa a pesar de los rechazos y finalmente edita. Filmada con una narración fluida y con flashbacks rápidos y divertidos. Los personajes no son unidimensionales, circulan creativamente y se nota un cariño por los mismos que es una inteligente elección del director Joachim Trier que entrega un primer largo altamente recomendable y sobre todo honesto. Entre los tópicos del amor, la amistad, la locura, se asoman apuntes sobre la literatura como arte, como negocio, sus relaciones, su construcción, sus procedimientos, que se imbrican en la trama y acercan posiciones sobre un mundo que parece exclusivo o, hasta, excluyente y no es tal. Drama y comedia en dosis justas.

Wild Tigers I Have KnowWild Tigers I Have Know: Esta opera prima de Cam Archer —producida por Gus Van Sant, con agradecimientos a Cameron Mitchell y Caouette— cuenta el descubrimiento por un chico de pueblo de su identidad sexual, además de plantarse en una posición casi política de género logra sortear el camino de los estereotipos y lo ya visto para conformar una visión más que interesante sobre el tema. Hay una cierta melancolía que se va apoderando lentamente de todo el film desde la puesta en escena hasta la banda sonora. Si el melodrama se asoma entre los intersticios es que la linealidad que tal género necesita es rota y el quiebre se produce siempre antes del estallido fatal. Moviéndose entre la admiración y el amor, el deseo (homo)sexual se constituye sin grandes parlamentos ni forzadas puestas en escena y entre ellos siempre el terror de lo que acecha como lo otro se pasea orondamente (el puma y la araña como tópicos tanto reales cuanto soñados). Muy buenas actuaciones que acompañan un guión inteligente resuelto en lo visual desde la ambigüedad que mezcla sin separaciones tajantes y explícitas la realidad y el sueño a la manera de lo que Deleuze llamó la imagen cristal (lo virtual), cifra del cine moderno.         

Still Life: Esta película que ganó el León de Oro en Venecia 2006 es una entrañable historia sobre la búsqueda de un ser querido. En verdad, de dos búsquedas y de dos formas de narrarlas, que evita el montaje paralelo: un hombre que busca a su ex mujer y a su hija, después de 16 años (utilizando inteligentemente la dosificación de la información), y una mujer que busca a su esposo al que no ve desde hace dos años (con recursos informativos hacia el espectador más directos). Imbricando con justeza y precisión lo privado con lo público se cuentan esta historias donde el paisaje es una ciudad que se demuele o una que ha quedado sepultada por el agua (para dar lugar a un proyecto de mejoras ciudadanas). Siempre, y en clara consonancia con el sentir que los personajes atraviesan, el pasado se hunde para dar paso al futuro en un juego de espejos donde lo real y lo simbólico tienen igual carnadura. Mientras tanto la burocracia y los problemas cotidianos, donde la miseria y la imposición del poder juegan un rol preponderante, se inmiscuyen en los deseos, los sueños, las relaciones amistosas y los amores que se suceden entre los personajes, mientras por allí se asoma lo circense con esa pátina de misterio y fantasía que lo caracterizan (magia, equilibrismo, torre que despega, etc). Una película de extrema belleza que consigue conmover con las mejores armas.



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