Nadie
sabe
encierra más talento del que cabe en un par de pequeñas
maletas. La película de Hirokazu Koreeda parece lograr ser conmovedora
sin acercarse al sentimentalismo y a la cursilería. Cuatro niños
sin padre y abandonados por la madre en un apartamento en Tokio, logran
vivir con más equilibrio y momentos de alegría que muchos
niños en “familias normales”. Akira es el único
que puede salir a la calle a buscar lo necesario para cubrir las necesidades
de sus hermanos menores. La serena interpretación de este personaje
le valió al debutante Yûya Yagira el premio al mejor actor
en Cannes 2004. La fotografía y el montaje que se aprecia en el
trailer prometen deleitar a los cinéfilos.
Daremo
Shiranai (Nadie sabe). Dirección: Hirokazu
Koreeda. Guión: Hirokazu Koreeda. Montaje: Hirokazu Koreeda. Fotografía:
Yutaka Yamasaki. Sonido: Yutaka Tsurumaki. Música: Gontiti. Interpretes:
Yûya Yagira, Hiei Kimura, Momoko Shimizu, Hanae Kan y You. Japón,
2004. |
Mar
adentro es una clase de actuación.
Javier Bardem, con apenas ligeros movimientos faciales y el manejo de
la voz, logra transmitir una inmensa amargura envuelta en sonrisas. La
fotografía luminosa de Javier Aguirresarobe y un coro de personajes
activos, casi alegres, casi esperanzados, subrayan la cólera educadamente
contenida de un hombre postrado. El espectador tiene permiso para quedarse
con la visión lírica del coraje de un hombre que pelea por
la dignidad de morir. Pero quien se despierta en el fondo de ese mar “siempre
quiere estar muerto”. Y eso también queda a la vista.
Mar
adentro. Dirección: Alejandro Amenábar. Guión:
Alejandro Amenábar y Mateo Gil. Montaje: Alejandro Amenábar.
Fotografía: Javier Aguirresarobe. Sonido: Ricardo Steinberg. Música:
Alejandro Amenábar. Interpretes: Javier Bardem, Belén Rueda,
Lola Dueñas, Mabel Rivera, Celso Bugallo y Clara Segura. España,
2004. |
Carandiru
retrata el hacinamiento en una prisión que se rige por las reglas
de la violencia. Uno de los prisioneros comenta: “Aquí nadie
es culpable“. Lo contrario para ser más acertado: “Aquí
todos son culpables”. No sólo los 7 mil reclusos, no sólo
los policías que ejecutan la masacre, sino también aquellos
que no se ven en la película. “Aquí” no es sólo
Carandirú, con su triste fama, su motín y su masacre. El
equipo de Babenco crea imágenes potentes para contarnos como era
la vida en Carandirú, antes de los 111 muertos y los titulares
de prensa. El relato parece inverosímil. Para quienes nunca han
entrado en una prisión latinoamericana.
Carandiru.
Dirección: Hector Babenco. Guión: Hector Babenco, Fernando
Bonassi y Victor Navas, basado en un libro de Dráuzio Varella. Montaje:
Mauro Alice. Fotografía: Walter Carvalho. Sonido: Eliza Paley y Miriam
Biderman. Efectos especiales: Tom Cundom y Jorge Alberto Ávalos.
Interpretes: Luiz Carlos Vasconcelos, Milton Gonçalves, Ivan de Almeida,
Ailton Graça. Brasil, 2003.
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Noi es
blanco sobre blanco, pero si ponemos atención es absoluto humor
negro. Un muchacho sin melanina, en un ambiente familiar delirante, aunque
podría ser dramático. ¿Alguna vez tuviste una abuela
cariñosa? Aquí, la abuelita despierta al muchacho disparando
un rifle al pie de su cama. Y ni así, Noi llega a estar alerta
en la escuela. Lo más trascendente que ocurre en la vida Noi, es
que logra resolver el cubo de Rubik, mientras un psicólogo lo interroga
sobre sus hábitos masturbatorios. Lo demás es palear nieve
para salir de casa. Dispararle a los fiordos. Y palear nieve en su apasionante
trabajo de sepulturero. Ni la invención de un romance o el sueño
de fuga permiten escapar del tedio constante.
Noi.
Dirección: Dagur Kári. Guión: Dagur Kári.
Montaje: Daniel Dencik. Fotografía: Rasmus Videbæk. Sonido:
Pétur Einarsson. Música: Orri Jonsson y Dagur Kári.
Interpretes: Tómas Lemarquis, Þröstur Leó Gunnarsson,
Anna Fridriksdóttir, Elín Hansdóttir. Islandia, 2003.
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