Javier Mendoza
3
de julio de 1980. La parte europea del tour de Led Zeppelin
llegaba a su fin, así como también se acercaba el
de su carrera. El concierto que aquí reseñamos es
el segundo de cuatro que Zeppelin diera en el
Eisstadion en Mannheim, Alemania: la multitud, vuelta loca y entusiasta,
haría que Robert Plant pasara la mitad del evento pidiéndole
a la gente que bajara del escenario. A pesar de que este CD |
|
nos llega
directo de la consola de mezclas del concierto, la gente se escucha
por momentos más que los mismos instrumentos; diría incluso
que hasta se la siente agresiva y demandante ante un Led Zeppelin
que suena más bien aburrido, dada la inconsistencia
en la ejecución de muchas de las piezas.
Train Kept a Rollin abre el concierto y suena potente: la voz de Plant se escucha recuperada de los excesos de los '70; el solo de Jimmy Page es aceptable y su ejecución bastante fluida. El inicio es prometedor.
Llega Nobody's Fault But Mine: John Bonham hace el conteo de arranque y lo siguiente que se escucha es el bajo de 8 cuerdas de Jones, que casi hace explotar los amplificadores por la mala ecualización con la cual el instrumento está balanceado. Entonces aparece el dios de la guitarra, Jimmy Page... pero es aquí donde uno comienza a preguntarse si tendrá problemas con su instrumento o simplemente estará harto de tocar.
La siguiente pieza es Black Dog. Jimmy Page trata de hacerse el simpático: “Ahora presentaremos un canción llamada... 'Strangers in the Night'... ¿huh?... Black Dog.” Inicia bien y se siente la excitación, pero nuevamente la guitarra de Jimmy suena desafinada, fuera de lugar y fallando las notas. Bastante disfrutable aquí son el bajo de Jones y la maestría en la batería de Bonham; fieles a la profesión, no dejan caer el espectáculo.
Más canciones vienen y van: In the Evening, The Rain Song, y después de poco más de un cuarto de concierto la gente se impacienta; comienzan las rechiflas (y aún más) cuando a Zeppelin se le ocurre ejecutar sus canciones más "calmadas", las más aburridas. Por ejemplo Hot Dog.
Pero el panorama se compone con la ejecución maestra del clásico Since I've Been Loving You: Aunque el sonido no ayuda mucho y Jimmy Page continúa teniendo errores, es innegable que es una de sus preferidas. La batería de Bonzo eleva más la ambientación de la canción, obscura y definitivamente bluesera.
Ahora llega Achilles Last Stand. Para este momento el sonido ha mejorado; los dedos de Jimmy parecen revivir, el bajo de John Paul se escucha perfecto, profundo y añade el toque misterioso a la canción.
Y es con el final del concierto que Zeppelin demuestra por qué fueron una de las grandes bandas de este planeta: White Summer/Black Mountainside, Kashmir, Stairway to Heaven, Communication Breakdown y Rock & Roll. En especial Kashmir toma por sorpresa: bien interpretada, casi como en el disco de estudio. Es un momento particular pues se puede sentir que el grupo ha alcanzado el cenit: han llegado a las canciones que más le excitan. Y el público lo sabe, por eso deja escapar un rugido al escuchar las primeras notas de Stairway... La interpretación de John Paul Jones en el sintetizador es de maestros; la guitarra ahora sí 100% precisa de Jimmy Page. La canción termina y Plant agradece; la banda se despide y las siguientes dos canciones ocurren como bis: Communication Breakdown y Rock & Roll, que muestran remarcadamente los dos contrastes de la noche. La energía que derrochan en la primera es electrizante pero, desde mi punto de vista, hubiera sido mejor que la guardaran para la segunda pieza (Rock & Roll), ya que a ese punto la banda parece exhausta: Bonham procede con la maestría y el profesionalismo de siempre pero el resto del grupo simplemente ha perdido fuerza; el riff de guitarra de Page suena vacío y confuso y el bajo de Jones simplemente ya no da la nota, mientras la voz de Plant es ronca y apagada. Un mal presagio para un Led Zeppelin que, en cuatro días más y dos conciertos posteriores poco memorables, dejaría de existir para siempre.
Train Kept a Rollin abre el concierto y suena potente: la voz de Plant se escucha recuperada de los excesos de los '70; el solo de Jimmy Page es aceptable y su ejecución bastante fluida. El inicio es prometedor.
Llega Nobody's Fault But Mine: John Bonham hace el conteo de arranque y lo siguiente que se escucha es el bajo de 8 cuerdas de Jones, que casi hace explotar los amplificadores por la mala ecualización con la cual el instrumento está balanceado. Entonces aparece el dios de la guitarra, Jimmy Page... pero es aquí donde uno comienza a preguntarse si tendrá problemas con su instrumento o simplemente estará harto de tocar.
La siguiente pieza es Black Dog. Jimmy Page trata de hacerse el simpático: “Ahora presentaremos un canción llamada... 'Strangers in the Night'... ¿huh?... Black Dog.” Inicia bien y se siente la excitación, pero nuevamente la guitarra de Jimmy suena desafinada, fuera de lugar y fallando las notas. Bastante disfrutable aquí son el bajo de Jones y la maestría en la batería de Bonham; fieles a la profesión, no dejan caer el espectáculo.
Más canciones vienen y van: In the Evening, The Rain Song, y después de poco más de un cuarto de concierto la gente se impacienta; comienzan las rechiflas (y aún más) cuando a Zeppelin se le ocurre ejecutar sus canciones más "calmadas", las más aburridas. Por ejemplo Hot Dog.
Pero el panorama se compone con la ejecución maestra del clásico Since I've Been Loving You: Aunque el sonido no ayuda mucho y Jimmy Page continúa teniendo errores, es innegable que es una de sus preferidas. La batería de Bonzo eleva más la ambientación de la canción, obscura y definitivamente bluesera.
Ahora llega Achilles Last Stand. Para este momento el sonido ha mejorado; los dedos de Jimmy parecen revivir, el bajo de John Paul se escucha perfecto, profundo y añade el toque misterioso a la canción.
Y es con el final del concierto que Zeppelin demuestra por qué fueron una de las grandes bandas de este planeta: White Summer/Black Mountainside, Kashmir, Stairway to Heaven, Communication Breakdown y Rock & Roll. En especial Kashmir toma por sorpresa: bien interpretada, casi como en el disco de estudio. Es un momento particular pues se puede sentir que el grupo ha alcanzado el cenit: han llegado a las canciones que más le excitan. Y el público lo sabe, por eso deja escapar un rugido al escuchar las primeras notas de Stairway... La interpretación de John Paul Jones en el sintetizador es de maestros; la guitarra ahora sí 100% precisa de Jimmy Page. La canción termina y Plant agradece; la banda se despide y las siguientes dos canciones ocurren como bis: Communication Breakdown y Rock & Roll, que muestran remarcadamente los dos contrastes de la noche. La energía que derrochan en la primera es electrizante pero, desde mi punto de vista, hubiera sido mejor que la guardaran para la segunda pieza (Rock & Roll), ya que a ese punto la banda parece exhausta: Bonham procede con la maestría y el profesionalismo de siempre pero el resto del grupo simplemente ha perdido fuerza; el riff de guitarra de Page suena vacío y confuso y el bajo de Jones simplemente ya no da la nota, mientras la voz de Plant es ronca y apagada. Un mal presagio para un Led Zeppelin que, en cuatro días más y dos conciertos posteriores poco memorables, dejaría de existir para siempre.
CD
– Tour Over Europe
Eisstadion
Mannheim, Alemania
Seagull Trade Mark - son 10/10
Eisstadion
Mannheim, Alemania
Seagull Trade Mark - son 10/10
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