Joss no es sólo alma
Fernando Acevedo


Probablemente el lector apasionado de música sabe ya muchas cosas acerca de Joscelyn Eve Stoker. Nacida en Devon, Inglaterra el 11 de abril de 1987, aún adolescente cambia su nombre por el de Joss Stone y se lanza a la grabación, en los E.U., de un disco que la llevaría directamente a la cima de las clasificaciones musicales en medio mundo.

Registrado en muy poco tiempo, The soul sessions se convirtió desde su salida, el 16 de septiembre del 2003, en un fenómeno discográfico no sólo porque es una bocanada de aire fresco entre tantísimo viciado, representado por cientos y cientos de nuevas —efímeras o no— cantantes con poca o ninguna gracia, sino porque además ofrece una benéfica comparación que pone en evidencia las carencias vocales de estas últimas.
Joss gana su puesto sin ninguna resistencia, valiéndose para ello de covers pertenecientes a algunos géneros musicales que, digamos la verdad, sólo se convierten en éxito cuando son rescatados de un olvido o desconocimiento casi general para satisfacer las ganas de bailar de la mayoría, y no para ofrecerle al público una nueva oportunidad para reconocerlos y escucharlos.
Me refiero al soul, al rythm & blues o al funk (este último siempre a caballo entre el verdadero potencial musical que tiene y la enorme explotación comercial para beneplácito de las discotecas), que el equipo productor toma y combina sabiamente en un disco de excelente calidad.
No sacaron a desempolvar megaéxitos archiconocidos (sistema usado con gran éxito en clave de jazz por artistas de la talla de Natalie Cole con su Unforgetable, o de Laura Fygi con su Bewitched) sino se la jugaron con piezas de intérpretes que por una u otra razón han quedado en la memoria de muy pocos. Tal es el caso de Dirty Man, originalmente cantada entre otros por Laura Lee; de I Had a Dream, cantada en el segundo día del concierto de Woodstock por John Sebastian; o de The Chokin' Kind, alguna vez interpretada por Joe Simon. Dos menciones especiales: para Fell in Love With a Girl, éxito de The White Stripes cuyo título cambia para Joss al de Fell in Love With a Boy; y para una excelente versión de Some Kind of Wonderful, cantada entre otros por The Soul Brothers y que alcanzaría el tercer lugar de las clasificaciones en 1975 con la versión del, éste sí inolvidable, Grand Funk.
Claro, falta mencionar dos cosas que vale la pena subrayar de manera especial: los 17 años de Joss (cuando The Soul Sessions salió a la venta Joss tenía 16 años), que nos hacen tener fe en un buen crecimiento de sus aptitudes como artista; y su voz en particular, que ya a estas alturas la prensa identifica como una mezcla entre las de Gladys Knight, Janis Joplin y Dusty Springfield.
The Soul Sessions registra alma, voz y ritmo que, sumados en la ecuación con Stone, dan como resultado una agradable sorpresa musical.


Joss Stone - The Soul Sessions
S-Curve Records
SC 42234

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