*
Ceremonia de un anonimato
De
noche aguardo a que un rayo
Me parta. A distancia somos ánodo y cátodo.
Desde que soy algo encendido blasfemo.
Escucha la canción de cuna
Para esta soledad de mi cuerpo.
¿Te place desperdiciar el eco de este
cuarto?
Sus muros graban los rebotes
De instrumentos naturales que hago
callar.
El cuarto está vacío: estoy yo.
Tu luz ausente me
provoca.
Es el cuerpo del delito:
Desperdicio inflamable.
Ya
quemé las cartas de esta tirada.
Volvamos a que
un rayo me parta.
*
Eligiendo un amante
Prepara
pómulos, afila nariz, evacua venas.
Para su encuentro compuso un réquiem.
Tocando tus labios lo interpreta.
Los estambres se enervan en tu epitafio.
La muerte vuela con su capa por encima
De sus alas omnipresentes, traspasa
su divina luz.
Como muerta se derrite al presenciar tu autopsia.
*
Un cierto espécimen
Aparece
la intrusa, sopla con su aliento a florecillas.
Dócil se deja tatuar
el abdomen con una pluma de ganso.
Sus voces en cautiverio no se reproducen.
Algunas zonas erógenas marcadas con barniz de uñas
Están
en peligro de extinción.
Esta
mujer es un pez blando en agonía
Boquea
............
Así besa.
El
pincel más espeso debe resbalar en su entrepierna.
Lentamente la mujer
se decolora, son días de guardar
silencio.
Su piel parece ser un
diario con hojas de papel encerado.
*
Cómo
estrangular a una criatura perversa
Fase
1. Enamoramiento
Ser atravesado
es la encrucijada
Entre ponerse a brincar en el resorte de una trampa
O lamentarse sobre los vestigios de una travesura.
Fase
2. Venganza
Durante la cacería
la presa tiene más agua.
Los iris se tensan como saeta de querubín.
Una premonición se transforma en cuento.
Se dice de boca en boca como
besos.
Los heraldos confirman la leyenda
En relevos olímpicos,
como teléfono descompuesto.
La epístola se desgasta como flirteos
a quemarropa.
Te involucras
en el asunto de un angelito armado.
Sin aspavientos lo pescas al vuelo, abres
su alas.
Te aseguras que su cuerpo esté vencido.
Tienes el blanco,
donde lo toques, te desangras.
*
Cinta de terror
Esta
noche sentencia la muerte de otro cigarro.
La boca del estómago comete
suicidio, no se arrepiente.
Mejor no te acerques al mar, no digas la humedad.
Es el desierto el lobo que te refleja
Si yo me resguardo de bestia.
Mañana
la noche amanece con otra trastada.
Las garras florean esa boca mientras me
plazco gimiendo.
Me doblo y la noche me nace de dentro.
Con un morboso
deseo de anunciar una muerte
Y de ser vulnerable.
*
Visita
de una sonámbula
Un
pie lo espía.
Ella lo provoca.
Seduce sus libros.
Hojea y no
tiene vestido.
El pudor se quedó en el prólogo.
Muerde una
página.
Lame las espinas.
Se le viene el librero encima.
Él
despierta.
Las hojas como al principio la arropan.
Su cuerpo se enfría.
Ella lee. Cierra la noche.