Editorial 3:

Vencer es un pasatiempo fascista. Sólo en la derrota el cinismo. Sólo en el cinismo la inteligencia.

Descubre tu lado chungo

Si insultas a un hombre le haces bien. Pues hieres su orgullo y eso debe morir en él.

Bienaventuraos los que rayan con fiero tenedor los coches con el tunning hecho. Pues a un estúpido hieren en el corazón de su estupidez.

Gente sin salvación posible

Gente con el corazón en un puño.

Quedarse un rato más. Sincronizar los latidos del corazón con las fases del semáforo.

Tengo mucho miedo. Me encierro en casa con el casco de la moto puesto.

Estúpido y marcado por el hierro espero cosas siempre nuevas. Me alegro por la Navidad. Trato de escapar cortado en cachitos a bordo de unas como a modo de hueveras. Escapar siguiendo el camino blanco de los aviones. Una piedra o un trozo de madera que puedas tener por cierto ayuda. Profunda crisis de irrealidad. No es suficiente conocer las ecuaciones que la rigen. La vida ha de importar algo. Como tantos predicados sin sujeto. Obtuso por culpa de las direcciones prohibidas soy realmente hermoso en mi error. Cosas que importen pocas hay. Son singularidades. Falta pandemia. Y quedan pocos héroes o ninguno. Sólo un poco apropiado fondo azul sin Superman.

Peligro: zona retroactiva

Ya he vivido aquí bastante tiempo y han perdido el sentido hasta los verbos auxiliares. Ya ninguna frase puede componerse. La importancia arrastra al sentido en su caída. Muerto el sentido, pierde su música la oración. Y la música es lo único que quedaba para simular que las cosas tenían alma.

Nunca subestimes el poder de una salchicha

La historia nos enseña diversas lecciones. Una de las más duras es que aquel que no se sepa la lección va a repetirla hasta que se la sepa. Todo el mundo sabe lo duro que es repetir lecciones y lo aburrida que es la historia.
Memorizar el relato de las actividades criminales de cinco familias europeas. Es escalofriante la de cabronadas que se han de hacer de promedio para ser personaje histórico.

Editorial 8:

La gente se agrupa por sus carencias culturales. Salvo casos contados, un judío no ha leído el evangelio ni el corán. De igual manera, un musulmán no ha leído la torah ni el evangelio. Y un cristiano no ha leído ninguno de los tres.

Ay que me se ha doblao la pértiga

Debajo de la estatua de Colón medra una secta destructiva cuyos sueños van en la dirección de maquinar asuntos. Maquinan por ejemplo el alza de precios de los carburantes. La caída del régimen andorrano. Tu resbalón en la ducha con resultado de pupa.

Trazan unos diagramas detalladísimos en sus pizarras cuadriculadas. Muy a las claras se aprecia tu pie incapaz dado el coeficiente de rozamiento de los pulpejos con la pátina superfluida de las moléculas bañeriles, el impacto posterior, la apoteosis astillada. Su triunfo es tu derrota.

Lamentándolo en el alma, casi nunca sucede nada. Ellos se limitan a maquinar. A pronunciar tu nombre equivocándose en el acento.

Su corazón es una almendra garrapiñada que sólo amarga.

Y el mármol es en realidad un líquido de movimiento lentísimo.

Tres nombres válidos para gato

Una chica que de momento es sólo eso, una chica, pasea por un barrio poco hóspito. Todo es bastante feo. No es pintoresco. Es feo. Chabolas, jeringas, basura de muchos años, esqueletos de coche. Engarzada en esta foto fija gris parece particularmente bella. Más cosas sin importancia: va cargada con bolsas del hiper. Va en chándal. Celeste. Lleva un tatuaje de un pájaro ciego en un pecho. Esto último puede que sí tenga importancia. Nadie más sabe que el pájaro es ciego. Es un poco tonto hablar de que un pájaro tatuado sea o no sea ciego. Pero a lo mejor por que es tan tonto ella se siente en la obligación de hablarle al pájaro de las cosas. Le habla de las cosas con metáforas. Es la única manera en que puede entender las cosas un pájaro tatuado.

Clamor de voces sin importancia

El foco es inestable sobre una pared en blanco. Poco a poco nos fuimos volviendo amargos. El propio sabor. Asfixia cutánea por falta de caricias.

Editorial 4:

Los días en que estoy un poquito triste saco mi colección de hojas secas y las esparzo por mi cubil, y camino por entre ellas arrastrando los pies y protegiéndome de la lluvia con un infame tres cuartos (de pana, manchado de yema de huevo). Fumo entonces a la francesa una colilla de tabaco turco. Escupo una tonelada de flema a lo largo de un kilómetro de orilla izquierda de río Sena. Apoyo mi hombro contra una pared y permanezco así un tiempo, indiferente a perros y mujeres. Después continuo andando. Mis zapatos, en vez de crujir, tienen un lamento de acordeones suicidas. Es curiosísimo.

Trabuco atómico

La sobriedad acecha. Has de andar preparado. Hay lugares, lo sé, donde no se sirven bebidas alcohólicas. Señoras de edad consumen chocolate y melindros. Hombres con gorra hablan de fútbol como si se tratara de un bar, con la misma estupidez. Pero no es un bar. Es un desierto. Y la realidad se filtra a presión por todas las rendijas.

Te voy a ligar

Qué bonitos son los aviones. Dentro de mí hay un niño pequeño que grita. Y dentro de cada niño pequeño hay un pequeño fascista. De eso estoy convencido. Así que dentro de mi dentro hay algo que se conmueve sinceramente ante la visión de un hermosísimo avión de combate. Aunque pretenda apreciar las flores, nada puede contra un Bululu- equis jota. O contra un Pellocidar equis uno. Les encanta la equis a los aviones.

Eso pensaban los poetas futuristas. Que pronto los deportivos a plena velocidad encarnarían la quebrantada estequimetría de una nueva poética. Que el futuro era maquinero y de metal bruñío. Que todo iba a hacer zuuuum y fiuuuu y también ñaoooo. Y a veces click y otras creck.

Siguiendo esa política me bruño ligeramente los talones con una tosca y trato de imitar la voz de un locutor del NODO que me gustaba mucho. Ese que decía "al pasar delante del altar debemos hacer una genuflexión simple". Los niños pequeños me miran extrañados.

Así no

Experimento idóneo: poner cara de Berza al ser adelantado en la autopista. Dejar caer un hilo de baba si es que ese extremo es posible. Acercarse mucho al volante. Agarrotar las manos, extraviar la mirada.

Como quien tropieza

Me propongo realizar una cultura megalítica de baja intensidad en mi salita de estar. Empezaré con unas piedras de pequeñas dimensiones y podré ir aumentando. Creo que lo más sencillo es el menhir aunque plantea de inmediato problemas de sujeción en el gres o pavimento lunar sito en nuestro ambiente familiar. Debido a la forma ahuevá de la parte inferior del menhir y tal. Por eso a lo mejor conviene de entrada intentar el talaiot mallorquino o la cruceta marismeña, tan típica de Cazorla. Cosas con base más amplia y con orientación inequívoca. Podría estar orientado un lado hacia la osa polar y otro hacia la nevera, que es también una estrella aunque nadie lo sepa. Una enana blanca.
Las estrellas son cosas de color blanco y que son muy grandes pero que se ven pequeñas al estar lejos. Quien me dice a mí que mi nevera no se ve como una estrella desde otra calle o galaxia.

Gazpacho al limón

Gracias por la eutanasia, pareces decir, y toda Navarra está conspirando contra ti, y necesitas con urgencia un descubrimiento, algo que te ponga en tu lugar. Nada de eso de regurgitar pelo de gato, nada de manos garrapiadas en la puerta de la heladera, nada. Ya he tenido bastante por hoy. Dadme algo extraordinario, algo que me reconcilie con el mundo.

Jálame ese cabo

¡Cómo me hubiera gustado ser pez! ¡ser jarcia! ¡ser obenque! Mirar el mundo con las cuencas vacías de nuestro mascarón de proa! tener una función simple y honesta como la de una polea! Ayudar en la maniobra. Estay amarra petifoque. Incluso los témpanos tienen su sitio. Incluso las nubes ocupan por derecho un lugar. Mi forma no es tan permanente ni oportuna. A bordo del Nuestra Señora de Getxu sólo yo sobro, sólo yo rompo el paisaje. Soy lo único que se añora de otro lugar. Lo único verdaderamente extraño en esta eterna noche de lo extraño.

El mar idiota

El Nuestra Señora de Getxu es agreste y es azul y muere de muerte natural. Tan inopinado, tan novedoso que ni yo mismo me lo creo. Tanto trayecto, tanta pavada con la rosa de los vientos y al final era un clavel.

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